Las primeras máquinas diseñadas por el hombre para desplazarse sobre dos ruedas, aparecen en las antiguas civilizaciones de China, India y Egipto. Posteriormente, en el siglo XV, Leonardo da Vinci, esbozó un dibujo de una bicicleta que ya incluía pedales y transmisión. Ya en el siglo XVIII, tras la Revolución francesa, fueron apareciendo diversos aparatos y medios de tranporte personal, como el celífero, la draisina, el balancín, el dalzell, la michaulina (la primera que se produjo en serie) y el velocípedo, evolucionando desde los primitivos cuadros y ruedas de madera con “neumáticos de hierro”, incorporando las palancas del dispositivo de dirección, almohadillas como asiento hasta llegar en 1869 al primer vehículo patentado con el nombre de bicicleta, que ya incorporaba neumáticos de goma maciza. Las modificaciones trataban de mejorar la seguridad y la velocidad, pasando de las descomunales ruedas delanteras a ruedas del mismo tamaño, bujes con rodamientos, sistemas de frenado, transmisión por cadena sobre ejes dentados y el neumático de goma con cámara de aire, popularizándose así la bicicleta como medio de transporte por el mundo industrializado a finales del siglo XIX.
Paralelamente, fueron organizándose diferentes competiciones, sobre todo en ruta (Seis Días de Londres, Primer Mundial o la Lieja-Bastón-Lieja) y varias asociaciones locales y nacionales hasta llegar a la Unión Ciclista Internacional, fundada en París en 1900. Después vendrían las grandes pruebas por etapas como el Tour de Francia, el Giro de Italia o la Vuelta a España, las Clásicas, Criteriums o los Campeonatos Mundiales. Reseñar también que el ciclismo forma parte del programa olímpico desde los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna, en Atenas en 1986. Otra parte importante del ciclismo de competición es el de pista o velódromo, con pruebas específicas como el kilómetro contrarreloj, persecución, por puntos, Keirin o Madison, por ejemplo.
También hay que destacar las modalidades del ciclismo de montaña, el ciclocross, el BMX y el trial, desarrollados con modelos de bicicletas específicas para dichas actividades.
Pero sobre todo hay que hablar del ciclismo como actividad no competitiva, recreativa y saludable, como práctica deportiva o método de transporte para distancias cortas y trayectos urbanos, evitando el uso de vehículos a motor, los problemas de aparcamiento y de contaminación medioambiental. Actualmente, cada vez son más las sociedades y ciudades que en su desarrollo urbanístico contemplan los carriles-bici o las sendas ciclistas, además de facilitar estacionamientos adecuados para las cada vez más numerosas bicicletas urbanas.
Esto también conlleva modificaciones en los reglamentos y normativas de circulación para hacer que la convivencia de peatones, ciclistas y vehículos a motor sea adecuada y fomentar la seguridad de los ciclistas con el uso del casco obligatorio, reflectantes o luces.
A nivel de salud y condición física, la bicicleta es un instrumento de gran importancia para el desarrollo de las capacidades físicas, ya que andar en bicicleta regularmente se considera un magnífico ejercicio cardiovascular: mejora la resistencia aeróbica, fortalece el corazón, activa la circulación sanguínea, incrementa la fuerza en las piernas y aumenta el tono muscular en general, facilitando la corrección postural de la espalda, estabilizando el tronco, ayuda a prevenir y combatir las enfermedades metabólicas como la obesidad, diabetes, hipertensión y colesterol; todo ello yendo sentado y sin que sufran sobrecargas articulaciones y cartílagos. Además, como todo ejercicio físico de esfuerzo moderado encaminado a la mejora de la salud, refuerza el sistema inmune y genera endorfinas, haciéndonos sentir mejor.
Por lo tanto podemos considerar a la bicicleta como uno de los grandes inventos de la humanidad, ya que sus diferentes usos engloban múltiples beneficios, tanto como medio personal de transporte económico y ecológico, como espectáculo deportivo o competitivo, recreativo y sobre todo, saludable para el bienestar físico, mental y social.
Diego Fernández López. Concejal de Deportes del Excmo. Concello de Betanzos.